Nuevas empresas ecológicas de Egipto enfrentan el flagelo del plástico
Jóvenes emprendedores egipcios enfrentan el enorme problema de la basura plástica mediante el reciclaje de envoltorios de comida, botellas de agua y otros desechos que suelen terminar en vertederos o en el río Nilo.
En una fábrica en las afueras de El Cairo a cargo del emprendimiento TileGreen, máquinas ruidosas devoran grandes cantidades de plástico, lo trituran y convierten en un líquido espeso.
Ese plástico es moldeado en baldosas compactas utilizadas en pavimento de garajes o pasarelas peatonales.
"Son dos veces más fuertes que el concreto", se jacta el cofundador Khaled Raafat, de 24 años, golpeando una baldosa contra el piso para enfatizar sus palabras.
Cada pieza retira "125 bolsas plásticas del ambiente", agrega su socio Amr Shalan, de 26 años, entre el ruido de las máquinas.
Egipto, el país árabe más poblado del mundo, es también el mayor contaminador con plástico en Oriente Medio y África, según un estudio multinacional divulgado por la revista Science.
El país genera más de tres millones de toneladas de desechos plásticos por año, gran parte del cual se acumula en las calles y rellenos ilegales, o llega al Nilo y el mar Mediterráneo.
Los microplásticos en el agua se concentran en la vida marina, amenazando la salud de la gente que consume mariscos y pescados de la zona, un fenómeno que se repite en todo el mundo.
- El futuro de sus hijos -
TileGreen, creada en 2021, aspira a "reciclar de 3.000 a 5.000 millones de bolsas plásticas para 2025", indicó Shalan.
El emprendimiento comenzó el año pasado a vender sus baldosas y ha producido hasta ahora unas 40.000, con planes de expandir a otros productos en los que suele utilizarse cemento.
Egipto, con 104 millones de habitantes, ha prometido cortar a la mitad su consumo de plásticos de un solo uso para 2030 y construir nuevas plantas de manejo de desechos.
Pero por ahora, más de dos tercios de los desechos egipcios son "manejados inadecuadamente", según el Banco Mundial.
A orillas de la isla de Qursaya, en el Nilo, algunos pescadores recogen desechos plásticos del río con sus redes como parte de una iniciativa del grupo VeryNile.
Al aumentar la contaminación del Nilo, los pescadores "ven disminuir la pesca", señaló Hany Fawzy, de 47 años, gerente del proyecto. "Ellos sabían que era el futuro de sus hijos lo que estaba desapareciendo".
Se detectaron microplásticos en más de tres cuartos del pescado de El Cairo, según un estudio de 2020 de un grupo de científicos daneses y británicos.
Del pescado capturado en el mar de la ciudad portuaria de Alejandría, 92% contenía microplásticos, reveló un estudio del año pasado del Instituto Nacional de Oceanografía y Pesca de Egipto.
VeryNile, creado hace cinco años con eventos de limpieza a cargo de voluntarios, compra "entre 10 y 12 toneladas de plástico por mes" a 65 pescadores a quienes paga 14 libras egipcias (50 centavos de dólar) por kilo, indicó Fawzy.
- Paso al frente -
VeryNile comprime el plástico de más alto valor, como las botellas plásticas, y lo envía a plantas de reciclaje para ser fundido.
El plástico de baja calidad, como envolturas de comida, es incinerado para alimentar una fábrica de cemento que, según Fawzy, mantiene "el ambiente limpio con filtros de aire y un sistema de monitoreo".
"No podemos limpiar el medio ambiente en un punto para contaminar en otro", señaló.
Los programas egipcios son parte de una batalla contra un flagelo mundial.
Menos de 10% del plástico es reciclado en el mundo, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Esa entidad dijo el año pasado que la producción anual de plástico debe superar los 1.200 millones de toneladas para 2060, y los desechos excederán 1.000 millones de toneladas.
Activistas en Egipto han exaltado el empuje de los jóvenes por la sustentabilidad que ha creado una demanda por soluciones y productos amigables con el ambiente.
Pero aunque el cambio es positivo, lo consideran insuficiente.
"Lo que han hecho estas iniciativas es encontrar una forma de crear una cadena de valor, y claramente hay una demanda", señaló Mohamed Kamal, codirector del grupo ambientalista Greenish.
"Todo lo que captura valor del desecho en Egipto es un buen paso adelante. Pero no resuelve el problema, apenas araña la superficie".
V.Barbieri--IM