Superar la culpabilidad y la soledad, el reto de las refugiadas ucranianas
Lana Lisetska acabó perdonándose por "haberse salvado", Elena Bavyko ya no se siente más sola. Estas refugiadas ucranianas en Moldavia explican cómo superaron el sufrimiento después de haber recibido ayuda para su salud mental.
Más de un año después del inicio de la guerra, Lisetska consiguió acabar con su angustia, con el apoyo de psicólogos de la oenegé Médicos del Mundo (MdM), y ahora puede trabajar a distancia como responsable de reservas hoteleras.
"Los primeros meses hay lo que se llama el síndrome del superviviente. Sabes que aquí estás segura pero, en tu interior, tienes ese sentimiento de culpa, que has traicionado a tu país, a tus padres", explica a la AFP esta mujer que siempre lleva un colgante en forma de corazón con la bandera de Ucrania.
Lisetska, de 32 años, dejó a su marido y a sus familiares para huir con su hijo de siete años a Nisporeni, a unos 75 km de la capital moldava, Chisinau, y refugiarse en un centro oficial de alojamiento.
Durante los primeros meses, recuerda que se puso a llorar en la peluquería. "Hay gente en Mariúpol, en Bucha no tienen nada para comer", sintió en ese momento.
Pero "lo más terrible es que aprendes a vivir con eso", admite.
- 86% de mujeres -
País fronterizo de Ucrania y bajo amenaza de Rusia, Moldavia y sus 2,6 millones de habitantes han acogido a más de 100.000 refugiados desde el inicio de la ofensiva rusa en Ucrania en febrero de 2022.
Candidata a la Unión Europea (UE), esta exrepública soviética ha recibido el apoyo de medio centenar de oenegés para hacer frente a este flujo de refugiados.
Médicos del Mundo se ha centrado en la salud mental y ya ha ofrecido sus servicios a casi un millar de personas.
"Es un ámbito esencial en cualquier intervención humanitaria. Los síntomas no aparecen en los primeros días de una crisis, sino a medida que pasa el tiempo, y de diferentes formas", explica la estadounidense Liz Devine, coordinadora general para la organización.
Según la experta, 86% de los refugiados presentes en Moldavia son mujeres y menores.
"Es una proporción increíblemente elevada en comparación a otras situaciones. Los maridos, hermanos e hijos se han quedado en Ucrania para combatir o participar en la respuesta" ucraniana al conflicto, abunda.
Por eso hay un gran sentimiento de soledad.
En su pequeño apartamento, Elena Bavyko, de 23 años, ha colocado imágenes de amigos y familiares que se quedaron en Ucrania.
Estos recuerdos le permiten "sentirse en casa", y no dejan de mostrarle su objetivo último: volver a Ucrania.
El hecho que ahora se encuentre mejor es, según ella, por el apoyo psicológico que ha recibido.
- Terapia con arte -
"He descubierto un método totalmente nuevo con las sesiones en grupo, donde hemos podido llorar y hablar juntos sobre nuestros problemas", explica Bavyko.
"Cuando escuchas la historia de otra persona, entiendes que no estás sola viviendo y sobreviviendo a estos acontecimientos, se hace más fácil", cuenta esta mujer, que ahora ayuda a sus compatriotas a través de la oenegé Acted.
Para ella también fue importante el uso del arte como terapia, igual que para Larissa Demcenco, jurista en Odesa, que vive con su hija de 20 años en la capital moldava, donde encontró un trabajo en el sector infantil.
"Hacíamos pinturas con visualización, dibujábamos nuestros objetivos, nuestros sueños. Nuestra misión es utilizar estas técnicas al volver para aquellos que se quedaron en Ucrania y sufrieron más", dice.
I.Barone--IM