Biden intentará levantar la moral de EEUU con su primer discurso sobre el estado de la Unión
Mientras el mundo está atrapado en la tormenta de la guerra en Ucrania, un Joe Biden impopular y agobiado por varios fracasos políticos intentará levantar la moral de los estadounidenses el martes, cuando ofrezca su primer discurso sobre el estado de la Unión.
En este importante ritual de la vida política del país, el presidente pronuncia cada año ante los miembros del Congreso un discurso que ha sido sopesado mil veces.
Cuando la invasión militar de Ucrania por orden del presidente ruso, Vladimir Putin, ha sumido al mundo en el temor y la incertidumbre, el demócrata de 79 años proclamará "su fe en la resiliencia y la fuerza del pueblo estadounidense", dijo su portavoz Jen Psaki, entrevistada por la cadena ABC el domingo.
Este fin de semana, dos anuncios simultáneos al margen de este discurso del estado de la Unión ofrecieron una instantánea de la presidencia de Biden, que desde enero de 2021 alterna escasos respiros con grandes crisis.
- Sin mascarilla, con vallas -
Primer anuncio: de acuerdo con las nuevas instrucciones dadas a nivel nacional, el uso de una mascarilla será opcional dentro del Capitolio en el momento del discurso. Por lo tanto, Biden podrá presumir a cara descubierta de su respuesta a la pandemia de covid-19, que finalmente parece remitir en Estados Unidos.
Segundo anuncio: las vallas que se instalaron alrededor del edificio durante seis meses tras la irrupción el 6 de enero de 2021 de partidarios del expresidente republicano Donald Trump volverán a colocarse para el discurso del presidente.
La decisión de proteger el Congreso es un recordatorio cruel para Biden de que su promesa de reconciliar a un Estados Unidos ultradividido está muy lejana, mientras que nuevamente el sábado Donald Trump fue aclamado por sus fanáticos durante la gran convención anual de los conservadores estadounidenses.
Es un presidente profundamente impopular el que hablará el martes por la noche, a las 21H00 locales(01H00 GMT del miércoles).
Según el último sondeo publicado por la cadena ABC, su índice de confianza -que empezó a bajar a mediados del año pasado tras una caótica retirada militar de Afganistán- cayó hasta el 37% entre los estadounidenses, exasperados por una fuerte subida de la inflación y hastiados por la pandemia de coronavirus.
El mismo Joe Biden parece tener cada vez más dificultad, durante sus apariciones públicas, para expresar con convicción ese cálido optimismo que se había convertido, en más de 40 años de carrera política, en su marca registrada.
- Legado -
Para tratar de levantar la confianza de su país, el 46º presidente de Estados Unidos recurrirá a recordar algunos éxitos: la economía y el empleo están floreciendo, ha lanzado un plan de inversión masiva en infraestructura, acaba de nombrar a una mujer negra, Ketanji Brown Jackson, por primera vez a la Corte Suprema...
En el plano internacional, ante la invasión de Ucrania, Biden ha logrado hasta ahora resolver los lazos entre Estados Unidos y sus aliados occidentales.
Pero muchos republicanos lo acusan de no ser suficientemente firme frente a la brutalidad de Vladimir Putin. Y a nivel nacional, el presidente tuvo que enterrar dos importantes promesas de campaña, al no poder sacar provecho de la débil mayoría que los demócratas tienen en el Congreso.
Biden, que bien podría perder esa mayoría en las elecciones legislativas de medio mandato este año, no pudo conseguir la aprobación de su faraónico programa de gasto social ni de la reforma de la ley electoral.
El propio presidente demócrata, que no ha descartado volver a postularse en 2024, ya reflexiona en voz alta sobre el recuerdo que dejará en el electorado.
En una entrevista transmitida en YouTube el sábado por Brian Tyler Cohen, un columnista político progresista, dijo: "Espero que mi legado sea devolver algo de decencia y honor a la oficina del presidente, volver a darle a la clase media una oportunidad real de tener éxito, reconstruir nuestras maltrechas alianzas internacionales y unir nuevamente a la gente".
"Creo que apenas estamos progresando lentamente en algunos de estos aspectos", reconoció.
D.Lombardi--IM