Il Messaggiere - El fondo de pérdidas y daños, un reclamo de 30 años al fin logrado

El fondo de pérdidas y daños, un reclamo de 30 años al fin logrado
El fondo de pérdidas y daños, un reclamo de 30 años al fin logrado / Foto: JOSEPH EID - AFP

El fondo de pérdidas y daños, un reclamo de 30 años al fin logrado

El fondo de pérdidas y daños fue el asunto más difícil de colocar en la agenda de la conferencia del clima, pero al cabo de dos semanas de duras negociaciones se convirtió en un logro histórico para los países más vulnerables al cambio climático.

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En medio de una salva de aplausos, el fondo fue el primer punto aprobado la madrugada del domingo, al inicio de la sesión plenaria convocada para cerrar la COP27 de Sharm el Sheij, en Egipto.

"Este fondo era una vieja deuda, así que hoy es un día de justicia para miles de millones de personas que han sido víctimas de la crisis climática", dijo Óscar Soria, de la plataforma activista Avaaz, para quien este domingo "se ha hecho historia".

"Es un resultado muy positivo para 1.300 millones de africanos", se felicitó Collins Nzovu, ministro de Medio Ambiente de Zambia.

El concepto de pérdidas y daños se refiere a lo económico -casas y puentes devastados por riadas, cultivos destruidos por la sequía-, pero también a lo "no económico", como es la pérdida de culturas, las migraciones forzadas y el aumento del nivel de los océanos, que le come terreno a los estados insulares.

Los países pobres y en desarrollo han pedido este fondo desde hace tres décadas, y en esta COP27 hicieron piña en el G77, que aglutina a 134 naciones y cuenta con el apoyo de China.

Su argumento es que históricamente no han contribuido apenas al calentamiento global, pero al mismo tiempo sufren más las consecuencias de unos efectos climáticos extremos cuya intensidad y frecuencia aumentaron según la comunidad científica a causa del cambio climático.

Precisamente, el año 2022 vino cargado de desastres, con las inundaciones en Pakistán, que dejaron 33 millones de damnificados, o la sequía en Somalia, sinónimo de una gigantesca amenaza de hambruna.

"Lo que sí se logró en esta COP es que todo el mundo en desarrollo actuara bajo el grupo del G77+China de forma unificada", destacó la ministra colombiana de Ambiente, Susana Muhamad.

- Un duro tira y afloja -

Desde el inicio de la negociación hace dos semanas, los países más desarrollados, con Estados Unidos y la Unión Europea a la cabeza, se mostraron reticentes.

En los pasillos, los europeos insistían en que preferían utilizar mejor los mecanismos ya existentes, mientras Estados Unidos, el mayor causante histórico del calentamiento, se mantenía en segunda línea.

Las objeciones duraron hasta el último minuto.

"En cuanto hay un problema, se crean fondos", pero "¿cómo se va a manejar? ¿quién va a poner el dinero?", se preguntó la noche del sábado el presidente francés, Emmanuel Macron.

El gran temor de las naciones más desarrolladas era dar pie a un nuevo paradigma jurídico por el que los países pobres pudieran en el futuro denunciarlos ante los tribunales y pedirles compensaciones.

Pero finalmente, el asunto entró en la agenda de la COP el día de apertura, el 6 de noviembre.

"La gente pierde sus casas, sus granjas y sus ingresos, y el sistema actual de ayuda humanitaria exterior no era suficiente. Así que teníamos que hacer algo muy diferente y muy novedoso", explicó Harjeet Singh, de la red de oenegés Climate Action Network.

- ¿Y China? -

El mecanismo acordado confía a un comité de transición formado por 24 países, entre ellos tres de América Latina y el Caribe, la elaboración de recomendaciones sobre el funcionamiento y la financiación del fondo.

Todo ello con vistas a una adopción en la COP28 a fines de 2023 en Dubái, y no en el año 2024, como era el plazo inicial.

Entre las pistas establecidas figura la de hacer participar al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional para que aporten "soluciones de financiación", sin mencionarse explícitamente la opción de condonar deuda.

Las cantidades estimadas en cuanto a pérdidas y daños son astronómicas y muy variables. El Instituto Grantham las cifra entre 290.000 y 580.000 millones de dólares anuales en 2030.

La gran cuestión ahora es quién alimenta este fondo, y qué ocurre con China, actualmente la segunda economía mundial y el primer emisor planetario de gases de efecto invernadero. El texto de este domingo llama a "expandir las fuentes de financiación", lo que abre la puerta a grandes emergentes como China o Arabia Saudita.

Según la plataforma especializada Carbon Brief, China es también el segundo contribuyente histórico del calentamiento global en un 11%, sólo por detrás de EEUU (20%).

Sin embargo, China se aferra al estatus de país en desarrollo que se le otorgó en 1992.

Los países más ricos insistieron en que el texto incida en ayudar a los "países más vulnerables", es decir los que tienen menos recursos.

El enviado chino para el clima, Xie Zhenhua, dio su visto bueno afirmando que el fondo debe beneficiar "en primer lugar a los países frágiles", aunque antes del fin de la negociación estimó que la contribución económica de los países en desarrollo debe ser voluntaria.

L.Amato--IM