

En el frente de Jartum, las médicas sudanesas lo arriesgan todo por sus pacientes
Cuando los combates se tomaron la capital de Sudán en abril de 2023 y colapsaron los hospitales de Jartum, la Dra. Safaa Ali se enfrentó a un duro dilema: su familia o sus pacientes.
Dice que se desveló antes de decidir que no seguiría a su marido a Egipto con sus cuatro hijos.
"Estaba dividida. Podía estar con mis hijos o quedarme y cumplir con mi deber", dijo a la AFP.
Desde entonces no ha vuelto a ver a su familia.
Tras casi dos años de guerra entre el ejército regular y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido, Ali es una de las últimas obstetras que quedan en la capital y que arriesga su vida para ofrecer a las mujeres la oportunidad de tener partos seguros.
"Encontramos la fuerza en el amor a nuestro país, la pasión por nuestro trabajo y el juramento que hicimos", dijo en una sala de partos marcada por la guerra.
La doctora forma parte de un séquito de médicos, enfermeras, técnicos y personal de limpieza que la AFP conoció en los últimos hospitales en pie en Omdurman, ciudad hermana de Jartum al otro lado del Nilo.
Sus quirófanos se convirtieron en campos de batalla, sus hospitales fueron bombardeados y sus colegas asesinados donde se encontraran.
Pero a pesar de las bombas y las balas, acudieron todos los días a atender a sus pacientes.
Bothaina Abdelrahman ha sido desde hace 27 años conserje del hospital Al-Nao de Omdurman.
Se refugió con su familia en un distrito vecino durante las primeras 48 horas de la guerra, pero desde entonces no ha faltado ni un solo día al trabajo.
"Caminaba dos horas hasta el hospital y volvía caminando otras dos", dijo a la AFP en el hospital.
Durante meses, los combatientes acusaron al personal médico de colaborar con el enemigo o de no atender a sus compañeros.
"Los profesionales de la salud han sido atacados, secuestrados, asesinados y tomados como rehenes para pedir rescate", afirmó el médico Jalid Abdelsalam, coordinador de proyectos en Jartum de la organización Médicos Sin Fronteras (MSF).
En todo el país, hasta el 90% de los hospitales de las zonas de conflicto se han visto obligados a cerrar, según el sindicato de médicos de Sudán, que afirma que al menos 78 trabajadores sanitarios han muerto desde el inicio de la guerra.
En octubre, la Organización Mundial de la Salud había registrado 119 ataques contra instalaciones sanitarias.
- Hospitales bombardeados -
Jansa al Moatasem dirige el equipo de enfermería de 180 personas de Al Nao, el único hospital de Omdurman que ha seguido funcionando durante la guerra.
"Es un honor dar al hospital todo lo que tengo y todo lo que he aprendido", declaró a la AFP, con un pañuelo rosa en la cabeza.
Según MSF, que sostiene el complejo de edificios de dos plantas, Al Nao ha sufrido tres ataques directos.
A las puertas del hospital hay un cartel que dice: "Prohibido llevar armas", pero a menudo no se respeta.
Después de que los paramilitares asaltaran la maternidad saudita al principio de la guerra, la Dra. Ali, que es la directora del hospital, se armó de valor y se dirigió personalmente a los rebeldes.
"Me reuní con su comandante y le dije que era un hospital de mujeres, para que al día siguiente volvieran a asaltarlo con más combatientes", recuerda.
En julio de 2023, vio morir a una de sus compañeras cuando bombardearon el hospital.
Finalmente, el hospital tuvo que cerrar después de que sus techos se derrumbaran, saquearan sus equipos y las paredes de sus salas de partos quedaran acribilladas a balazos.
La Dra. Ali instaló clínicas móviles y una maternidad provisional en Al-Nao, hasta que el hospital reabrió parcialmente este mes.
- "Punto culminante" -
Desde que las fuerzas armadas reconquistaron gran parte de Omdurman a principios de 2024, se ha recuperado un poco la apariencia de normalidad, pero los hospitales siguen siendo atacados.
En febrero, Al Nao sufrió nuevos bombardeos de los paramilitares mientras sus médicos, agotados, corrían a tratar a decenas de heridos por los disparos en un mercado abarrotado.
Los hospitales que aún funcionan dependen cada vez más de la ayuda de los voluntarios de las salas de emergencia locales, grupos vecinales que forman parte de una red de ayuda que presta auxilio de primera línea en todo Sudán.
Pero son en su mayoría jóvenes con pocos recursos.
A falta de médicos con experiencia, la Dra. Fathia Abdelmajed, pediatra desde hace 40 años, se ha convertido en la "madre" del hospital Al Buluk, luego de haber atendido por años a los pacientes en su casa.
Desde noviembre de 2023, ha estado formando equipos en el pequeño y desbordado hospital, "donde los jóvenes trabajadores estaban luchando desde el comienzo de la guerra", dijo Abdelmajed a la AFP.
Afirmó que el trabajo solía ser angustioso, pero que el honor de servir junto a voluntarios tan entregados "ha hecho de esto el punto culminante" de su carrera.
S.Carlevaro--IM