Amputada de pies y manos, una profesora india sobrevive gracias a la enseñanza
Cuando la gangrena la dejó sin manos y pies hace ya tres años, la esperanza de reencontrarse con sus alumnos permitió a la profesora india Pratibha Hilim superar tan dura prueba.
A los 51 años, con un trozo de tiza o un lápiz enganchado a su brazo, da clases a niños en la remota localidad india de Karhe, al este de Bombay, donde las opciones de educarse son escasas.
"Me gustan los niños desde siempre y si estuviera sentada sin hacer nada, estaría en otro mundo, repitiendo lo que me pasó", dice la mujer a AFP.
En 2019, Pratibha contrajo una forma grave del dengue que se agravó en una gangrena por la que tuvieron que amputarle la mano derecha. Unas semanas más tarde, los cirujanos tuvieron que hacer lo mismo con la izquierda. Después tocarían las dos piernas, por debajo de las rodillas.
"Cuando me amputaron la primera mano, estaba desesperada de no ser capaz de hacer nada en el futuro. Caí en depresión. No hablé con nadie durante ocho días", recuerda.
Pero, animada por su familia durante su convalecencia, Pratibha encontró un nuevo sentido a su vida volviendo a enseñar.
Durante tres décadas, la profesora había trabajado en una escuela de primaria local. En 2020, con el cierre de los centros por la pandemia, comenzó a dar clases a domicilio a alumnos cuyos padres no tenían medios para ofrecerles cursos a distancia.
Aunque las escuelas reabrieron hace unos meses, unos 40 niños del pueblo siguen acudiendo a sus clases.
- Estudiar o trabajar -
"A mis niños les gusta estudiar", explica Eknath Laxman Harvate, un lugareño cuya hija asiste regularmente a estos cursos.
Como les ocurre a muchos, Harvate dejó la escuela cuando era adolescente y se puso a trabajar porque su familia no disponía de dinero para pagar sus estudios. Ahora, él quiere un futuro mejor para sus hijos.
"La educaremos todo el tiempo que ella quiera", dice sobre su hija. "Me hubiera gustado tanto continuar estudiando. Estoy triste de haber tenido que parar e irme a los campos debido a los problemas en casa".
Como la mayoría de sus alumnos, Pratibha Hilim es una adivasi, una denominación genérica que aúna los miembros de las tribus autóctonas en India.
Los adivasis son víctimas de discriminaciones profundas y el hecho de vivir generalmente en zonas aisladas las deja al margen del crecimiento económico indio.
En Karhe, muchas familias se ven obligadas a retirar sus niños de la escuela para ponerlos a trabajar.
"Una vez saben leer y escribir, se considera que es suficiente y que los niños están preparados para ir a los campos", dice la profesora.
Ella intenta convencer a los niños de continuar aprendiendo para escoger cuando toque su propio destino.
Actualmente esperando unas prótesis para sus extremidades, Pratibha afirma que su propia lucha para seguir ejerciendo su oficio demuestra el poder de la determinación.
"Pensaba que sin mis extremidades, ya no era nada, pero después tomé una decisión firme", explica. "Decidí que podía hacer todo y que lo iba a hacer todo".
P.Russo--IM