Il Messaggiere - Un camión de cuidados itinerantes recorre Mayotte tras el ciclón Chido

Un camión de cuidados itinerantes recorre Mayotte tras el ciclón Chido
Un camión de cuidados itinerantes recorre Mayotte tras el ciclón Chido / Foto: JULIEN DE ROSA - AFP

Un camión de cuidados itinerantes recorre Mayotte tras el ciclón Chido

"¿Hay heridos? ¿Están bien psicológicamente?". Tras el ciclón que arrasó el territorio francés de Mayotte el 14 de diciembre, camiones itinerantes de protección materno-infantil recorren las zonas remotas del archipiélago donde es difícil acceder a cuidados médicos.

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Con vientos de más de 220 km/h, el ciclón Chido fue el más intenso en 90 años en este archipiélago entre Madagascar y Mozambique, dejando a su paso al menos 39 muertos.

También provocó importantes daños en este territorio con 320.000 habitantes registrados, a los que hay que sumar entre 100.000 y 200.000 migrantes en situación irregular. Casi un tercio de la población reside en viviendas precarias.

En la barriada de Cavani Sur, en el este de este archipiélago entre Madagascar y Mozambique, la psicóloga Mona Fandi se dirige a una mujer: "¡Buenos días! ¿Tienes niños enfermos o heridos en tu casa? ¿Mujeres embarazadas? ¡Menudo susto con Chido!".

Después se acerca a unos niños que juegan entre las ruinas de una casa. "Tienes unos bonitos pendientes", dice a la más pequeña, aprovechando el pretexto para poner la mano en su frente y comprobar su temperatura.

Una adolescente corre en busca de Mona Fandi. "Tenemos un camión, alrededor de la escuela, con una comadrona, una enfermera, una traductora y una psicóloga. Ven si lo necesitas. Y haz pasar el mensaje", le dice a la joven.

El objetivo de su equipo "es ir a ver a la población y proponer cuidados" en las zonas menos accesibles de la isla, explica Fandi a la AFP.

Hay tres camiones patrullando la isla y otro en preparación, afirma.

Mientras la psicóloga recorre la barriada, en el camión la comadrona cambia el implante contraceptivo de una mujer y una enfermera atiende a una mujer cuyos hijos tienen la varicela.

- Evitar la saturación del hospital –

"Tenemos bastantes reservas de medicamentos, paracetamol, sales de rehidratación, barritas para niños malnutridos, suero psicológico, todos los anticonceptivos y test de embarazo", asegura la enfermera Jeanne Savalle.

Los pacientes acuden "por heridas causadas por planchas metálicas o clavos, por fiebre, deshidartación", explica esta profesional sanitaria.

Y en el caso de las mujeres, también en busca de "métodos anticonceptivos o por su embarazo. La idea del camión es evitar que el hospital quede saturado", añade su compañera comadrona.

Saida, una niña de diez años vestida con una chilaba verde de lentejuelas, sube tímidamente al vehículo y enseña a la enfermera infantil Binti Ahamada su pie herido por una alambrada durante el ciclón.

Preguntada por cómo está, la pequeña se toma un tiempo para pensar. "No me va bien", responde finalmente. Cuando se le pregunta por qué, sus ojos se empañan y la niña se desmorona.

"Yo tomo el relevo", interviene entonces la psicóloga Fandi.

- Abortos por el ciclón -

"Tengo a madres muy cansadas, superadas por los acontecimientos, que tienen miedo de no poder satisfacer las necesidades de sus hijos. Muchas venden frutas y verduras en las carreteras y se han quedado sin dinero" por la destrucción de los árboles frutales, cuenta Fandi.

También ha tenido que atender a "madres que han perdido a su bebé" gestante por culpa del ciclón, especialmente a causa del estrés. Una de ellas sufrió un aborto natural a los siete meses de embarazo.

El departamento de ayuda social a la infancia en el que trabaja se encarga de 2.500 niños, 1.200 de ellos en hogares o familias de acogida, explica.

Ahora "no tenemos una visión real de lo que pasa" porque los trabajadores no han podido acceder a algunas zonas y atender a los niños que viven allí, asegura.

También alerta que "partes e informaciones preocupantes" sobre menores "no han llegado a la fiscalía" o a los servicios de protección a la infancia, como violaciones a niños durante el ciclón "que no han podido tramitarse de inmediato porque no había acceso a la red".

Ofrecer refugio a los menores también es complicado. Faltan techos y "muchos" niños han sido abandonados por sus padres después del ciclón "por motivos económicos".

"Afortunadamente, los niños aquí tienen una capacidad de resistencia extraordinaria. Bailan en sus casas, sonríen todavía. Es bonito de ver y escuchar", asegura.

C.Abatescianni--IM