Los ejecutivos petroleros se dan cita en la COP29, atestada de lobistas según las oenegés
Las empresas energéticas se dieron cita este viernes en la COP29 en Bakú, donde las oenegés denuncian la presencia masiva y la influencia de los grupos de presión de las energías fósiles en las negociaciones de la ONU.
Como el año pasado, una coalición de oenegés intentó contar cuántos lobistas de energías fósiles fueron acreditados en la COP29, y estimaron que unos 1.700 acudieron a Azerbaiyán, un importante productor de petróleo.
En Bakú, miles de participantes que llegaron a la COP fueron recibidos este viernes por una serpiente gigante que simboliza los intereses fósiles en la conferencia.
"Exigimos el fin del colonialismo energético en el Sur", dijo a AFP Bhebhe, de la oenegé Power Shift Africa, y que se encontraba entre los manifestantes.
Los activistas no son los únicos que creen que las COP están bajo influencia de los grupos de cabildeo.
"Es lamentable que el sector de las energías fósiles y los petroestados hayan tomado el control de los procesos de la COP, hasta un punto malsano", consideró el ex vicepresidente estadounidense Al Gore, presente en la conferencia.
- Controversia -
Unas 53.000 personas fueron acreditadas este año, aparte del personal técnico y de los organizadores, según la ONU.
De estas, la coalición Kick Big Polluters Out ("Echemos a los grandes contaminantes", KBPO), que agrupa a 450 oenegés, estimó en 1.773 los lobistas de energías fósiles.
Sin embargo, la cifra real podría ser menor, pues ese recuento incluye a personas relacionadas con empresas cuya actividad principal no son las energías fósiles, como la francesa EDF o el líder danés de las renovables Orsted.
La coalición KBPO destacó aun así que los lobistas de las energías fósiles superan en cantidad a "la delegación de casi todos los países", excepto de Azerbaiyán (2.229), Brasil (1.914) -que acogerá la COP30- y Turquía (1.862).
Sea cual sea el número exacto, la presencia de los intereses vinculados al petróleo, al gas y al carbón en las COP es algo patente y, desde hace tiempo, fuente de controversia. La designación de Sultan Al Jaber, dirigente de la petrolera de Emiratos Árabes Unidos, para presidir la COP28 del año pasado en Dubái ya fue fuertemente criticada.
Y ello, pese a que, al final, esa COP desembocara en un primer llamado a iniciar una salida de las energías fósiles. Según la coalición de oenegés, un número récord de personas relacionadas con los intereses del sector de las energías fósiles acudieron a Dubái.
"Ni que decir tiene que nadie en TotalEnergies participa de ningún modo en las negociaciones entre los Estados, ni tiene acceso a los espacios de negociación", precisó la empresa francesa sobre su presencia en Bakú.
Su presidente ejecutivo, Patrick Pouyanné, participa este viernes junto a un directivo de la compañía nacional azerbaiyana de hidrocarburos, Socar, en una mesa redonda sobre la lucha contra las emisiones de CO2 y de metano en el sector.
Azerbaiyán tiene importantes reservas de hidrocarburos, un recurso que el presidente Ilham Aliev calificó de "regalo de Dios" que toca aprovechar.
El presidente de la conferencia, Mujtar Babayev, es un exdirectivo de Socar.
Personalidades como el exsecretario general de la ONU Ban Ki-moon o el reputado científico Johan Rockström reclamaron un cambio radical en la organización de las COP, para que las organicen países convencidos de que hay que dejar atrás las energías fósiles.
Las nuevas reglas de la ONU permiten a los observadores comprobar más fácilmente la presencia de grupos de cabildeo. Desde la COP28, los participantes deben declarar informaciones sobre su empleo y sus relaciones, financieras o de otro tipo, con la entidad que solicita su acreditación.
Entre las delegaciones nacionales, Japón llevó al gigante del carbón Sumitomo y Canadá, a los productores de petróleo Suncor y Tourmaline.
En conjunto, las petroleras occidentales Chevron, ExxonMobil, BP, Shell y Eni reunieron en total a "39 lobistas", según las oenegés.
H.Gallo--IM