Casaca de fútbol de JJOO París-1924 sin comprador en remate en Uruguay
Una histórica camiseta de fútbol, la única conocida que se conserva del equipo uruguayo que logró el oro en los Juegos Olímpicos de París en 1924, quedó sin comprador el miércoles en un remate en Montevideo.
Nadie ofertó los 90.000 dólares de base por la centenaria casaca del delantero Ángel Romano, que jugó el partido en que Uruguay alcanzó por primera vez la gloria olímpica al vencer 3-0 a Suiza en Colombes, en las afueras de París, constató la AFP durante la venta realizada en Zorrilla Subastas.
En cambio, otra camiseta de la Celeste, pero de 1930, cuando Uruguay se coronó campeón de la primera Copa del Mundo de la FIFA, disputada en Montevideo, se martilló en 50.000 dólares, su precio de inicio.
"Pasó lo que creíamos. Realmente, el Mundial del '30 es muy importante", declaró Sebastián Zorrilla, director de la casa rematadora.
Un cliente europeo de origen inglés, "muy fanático del fútbol mundial", según Zorrilla, fue el comprador, vía telefónica, de la casaca de 1930.
La prenda perteneció al defensa uruguayo Ernesto Mascheroni. De algodón y sin número dorsal, lleva la etiqueta de la firma inglesa St. Margaret que entonces vestía a los equipos europeos y sudamericanos.
Entre las 180 piezas de memorabilia deportiva que pasaron a martillo el miércoles tampoco se vendió la cigarrera de bolsillo de plata y oro que un grupo de uruguayos en París le regaló en 1924 al capitán de la selección, José Nasazzi, ni un bastón souvenir de los Juegos que la dueña de la casa donde se alojó al equipo celeste le regaló a Nasazzi.
Sí se remató en 7.500 dólares la medalla de oro otorgada a los campeones olímpicos en París en 1924, diseñada por André Rivaud.
No hubo compradores sin embargo para una pelota del Mundial Brasil-2014 firmada por Luis Suárez, ni para la camiseta de la selección francesa de fútbol de Patrick Vieira, usada en el partido contra Togo durante el Mundial Alemania-2006.
Zorrilla no descartó que la casaca de Romano, "icono de la hazaña uruguaya" de 1924 sea vendida directamente a alguna institución que no tuvo tiempo de gestionar los fondos para poder participar en la subasta.
A.Goretti--IM