Los países del sur de Europa, una vitalidad económica con aires de revancha
Quince años después de la crisis de la deuda, las buenas noticias económicas se acumulan en España, Grecia y Portugal, en contraposición a unos vecinos del norte, cuyo desdén en aquellos tiempos le dan a la situación actual un gusto de revancha.
Atrás queda la humillación de principios de la década de 2010, cuando a estos países del sur de Europa, muy dependientes del turismo, sus socios europeos les impusieron severas medidas de austeridad reprochándoles sus laxos presupuestos y su débil competitividad.
Desde el fin de la crisis del covid, "la situación ha cambiado", confirmó a la AFP Zsolt Darvas, economista del instituto Bruegel. "Hoy, esos países crecen por encima de la media de la Unión Europea, ya no son vistos como ovejas negras".
El año pasado, España vio crecer su PIB un 2,5%, Portugal un 2,3% y Grecia un 2%. Esto es entre cinco y seis veces más que el 0,4% registrado en el conjunto de la UE, lastrado por los malos resultados de Alemania (-0,3%).
Y según el Fondo Monetario Internacional (FMI), esta dinámica continuará en 2024, aunque de forma más moderada, con un 1,7% previsto en Portugal, un 2% en Grecia y un 2,4% en España --según una proyección revisada al alza el jueves--, frente al 0,8% del conjunto de la eurozona.
España "va como un cohete", repite Pedro Sánchez, presidente del gobierno de la cuarta economía europea, que el jueves llegó a afirmar que su país era la "locomotora" de la UE en cuanto a creación de empleo.
Un optimismo compartido por Atenas y Lisboa, que pueden presumir de un saneamiento claro de sus finanzas públicas: en Grecia, el déficit público cayó a 1,6% del PIB en 2023 (por 3,5% en la UE), mientras que Portugal registró un superávit del 1,2%.
- "Grandes esfuerzos" -
Para los economistas, este giro se debe en gran parte al turismo, que alcanzó niveles récord el año pasado. No se trata de un fenómeno desdeñable, ya que el sector representa el 12% del PIB en España y Portugal, y casi el 25% en Grecia.
Estos tres países también se están beneficiando plenamente del plan europeo de recuperación, adoptado para hacer frente al choque económico de la pandemia, con 38.000 millones de euros (41.300 millones de dólares) ya recibidos por Madrid, 15.000 millones por Atenas y 8.000 millones por Lisboa.
Más allá de estos factores cíclicos, Darvas señala que España, Grecia y Portugal han "realizado grandes esfuerzos para mejorar su atractivo económico", con importantes "reformas estructurales" de sus mercados laborales y su competitividad.
Una señal de esta competitividad es que los inversores se abalanzan sobre estos países, en particular en los campos de las energías renovables y las nuevas tecnologías, a imagen de Amazon, que acaba de anunciar una inversión de 15.000 millones de euros (16.300 millones de dólares) en la región española de Aragón.
Esto debería dar un impulso al sector industrial, sobre todo en España, segundo productor europeo de automóviles después de Alemania, donde muchos grupos (Volkswagen, Stellantis, etc.) han elegido fabricar sus futuros modelos híbridos o eléctricos.
- "Divergencias" -
Sin embargo, no es todo de color de rosa, matizan los economistas.
Como Italia (también país del sur de Europa, pero sumido en un crecimiento más lento), España, Grecia y Portugal vieron como su PIB caía fuertemente durante la pandemia, y, por lo tanto, lo que están haciendo, básicamente, es recuperar terreno perdido.
La baja productividad y una capacidad de innovación limitada siguen también minando las economías de estos países, en particular las de Grecia y España, con unas tasas de desempleo superiores al 11%, por 5,9% de media en la UE.
En el plano presupuestario, "las divergencias entre países de la zona euro" ciertamente "han disminuido en los últimos diez años", pero "los déficits y los niveles de deuda siguen siendo elevados" en los países del sur, declaró a la AFP Olli Rehn, ex comisario europeo de Asuntos Económicos.
En Grecia, es cierto que la tasa de interés a 10 años ha bajado al 3,5% desde el 13% durante la crisis financiera. Pero la deuda pública sigue siendo muy elevada (160%) y continúa amenazando el futuro del país.
Razón de más para cierta cautela. La "convergencia" con el norte de Europa seguirá, pero a un ritmo "más lento", augura Darvas, para quien Atenas, Madrid y Lisboa aún tienen "trabajo por hacer".
T.Abato--IM