Abramovich, el participante inesperado en el diálogo Ucrania-Rusia
Cuando Turquía organizó la semana pasada un diálogo entre Rusia y Ucrania, un rostro familiar e inesperado apareció entre los funcionarios y diplomáticos congregados en el antiguo Palacio Dolmabahce de Estambul.
Era Roman Abramovich, el magnate ruso y dueño del equipo de fútbol inglés Chelsea, quien ha buscado mantener un equilibrio entre sus relaciones cordiales con el Kremlin y un estilo de vida extravagante en Occidente.
¿Qué hacía en el diálogo de Estambul?
"Abramovich participó en las negociaciones como miembro de la delegación rusa", explicó el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, tras agregar que tenía la "confianza" de Moscú.
El ministro turco de Exteriores, Mevlut Cavusoglu, acotó que Abramovich realiza esfuerzos "sinceros" por la paz desde el inicio de la guerra, y que hizo un aporte "positivo" a la gestión diplomática.
A su vez, Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, indicó que Abramovich no es miembro oficial de la delegación pero ayuda a "asegurar ciertos contactos" entre las partes rusa y ucraniana, para lo cual tiene la aprobación de ambos bandos.
Según el diario Wall Street Journal, Abramovich viajó a Kiev en marzo para reunirse con el presidente Volodimir Zelenski, donde sufrió un supuesto envenenamiento que afectó temporalmente su visión.
- El lado correcto de la historia -
Analistas señalan que la invasión rusa de Ucrania ha sido un desastre personal para Abramovich, que fue sancionado por la Unión Europea (UE) y Reino Unido, lo obligó a vender el Chelsea y perdió miles de millones por la depreciación de sus bienes.
Tiene un interés personal en una salida pacífica del conflicto y posiblemente en desempeñar un papel que le devuelva las simpatías de las capitales occidentales donde antes era muy bienvenido.
Alexander Baunov, del Carnegie Moscow Center, dijo que la presencia de Abramovich en las conversaciones tiene "varias posibles explicaciones", pero que podría estar ligada a la reconstrucción de zonas destruidas en Ucrania, posiblemente con dinero privado.
"Para Abramovich también es una oportunidad para estar del lado correcto de la historia", agregó.
Pero sus críticos señalan que la situación evidenció la realidad de que Abramovich es un oligarca amigo del Kremlin que logró su fortuna gracias a sus vínculos con el presidente Vladimir Putin.
"Ha tenido acceso privilegiado al presidente y ha mantenido relaciones muy buenas con él. Esta conexión con el líder ruso le ayudó a mantener su considerable fortuna", dijo la UE en marzo al anunciar sanciones contra Abramovich y otros oligarcas rusos por la invasión.
En un posible intento de evitar medidas punitivas, dos lujosos yates de Abramovich, el Eclipse de 160 metros y el Solares de 140 metros, atracaron en Turquía, que no se unió a las sanciones europeas.
- ¿Relaciones públicas? -
Maria Pevchikh, jefa de la unidad de investigación de la fundación anticorrupción del encarcelado opositor Alexéi Navalni, calificó a Abramovich como "el más fiel y devoto de los oligarcas de Putin".
Esta disidente aseguró que se lucró con un acuerdo tácito con el Kremlin de mantenerse al margen de la política. Su participación en el diálogo "me parece una maniobra publicitaria", agregó.
De 2001 a 2008, Abramovich sirvió de gobernador de la escasamente poblada región de Chukotka, en el noreste de Rusia, e invirtió su dinero en una de las zonas menos pobladas del país.
Abramovich fue codueño, junto al gobierno, del Canal Uno de televisión, que se ha dado a conocer durante la invasión por su línea informativa pro Kremlin.
Posteriormente redujo su participación en el canal a 20% y finalmente vendió esa porción a un banco estatal en marzo de 2019.
Según la revista Forbes, la invasión de Ucrania ha hecho que la fortuna de Abramovich cayera a 8.300 millones de dólares, desde casi 15.000 millones antes del ataque a Ucrania.
"Y posiblemente solo tiene acceso limitado a eso", señaló la revista, que calificó la invasión como un "desastre personal, financiero y ahora físico" para Abramovich.
- Rehabilitarse -
Conocido por rehuir de la publicidad y no dar entrevistas, Abramovich anunció el 2 de marzo la venta del Chelsea, aunque por las sanciones británicas no puede beneficiarse de la venta.
En un cauteloso comunicado sin críticas a la invasión rusa, anunció entonces la creación de una fundación "para el beneficio de las víctimas de la guerra en Ucrania", incluyendo sus necesidades inmediatas y "apoyo al trabajo de recuperación de largo plazo".
"Lo más importante es que Putin le tiene confianza y Zelenski también", declaró a AFP Konstantin Kalachev, un politólogo ruso que trabajó con el partido de gobierno.
"Abramovich tiene que rehabilitarse en Occidente. Él quiere mantener su condición de ciudadano del mundo. Dudo mucho que quiera aislarse en Rusia", agregó.
L.Bernardi--IM