La deuda pública española se redujo ligeramente hasta el 118,7% del PIB en 2021
La deuda pública española se redujo ligeramente en 2021 hasta el 118,7% del Producto Interior Bruto (PIB), a un nivel por debajo del objetivo que se había fijado el gobierno, anunció el jueves el Banco de España en un comunicado.
La deuda de todas las administraciones públicas españolas, medida según los criterios del Tratado de Maastricht de la UE, alcanzó un total de 1,428 billones de euros (1,68 billones de dólares) al final de diciembre.
En valores absolutos, la deuda pública avanzó un 6,1% en un año, precisó el Banco Central. Pero en relación al PIB español, la deuda retrocedió en 1,3 puntos porcentuales, pasando de 120% a finales de 2020 al 118,7% a finales de 2021.
Este resultado es una buena noticia para el gobierno español, que se había comprometido ante sus socios europeos a llevar la deuda hasta el 119,5% del PIB.
Según el Banco de España, esta dinámica se explica por el buen comportamiento de las cuentas de las administraciones locales, especialmente de las regiones, cuya deuda solo ha progresado un 2,9% en valor absoluto.
La deuda del Estado avanzó, por su parte, un 6,8%, mientras que la de la Seguridad Social saltó un 16,2%, debido a las medidas puestas en marcha para luchar contra las consecuencias sociales de la pandemia.
La deuda pública española, una de las más elevadas de Europa, se había disparado un 10% de valor absoluto en 2020 debido a las medidas adoptadas frente a la crisis sanitaria. Madrid se comprometió a llevarla al 115,1% del PIB en 2022, apoyándose en el impulso de la reactivación económica.
Según el Instituto Nacional de Estadística, el PIB de España progresó un 5% el año pasado, una cifra inferior al objetivo del gobierno (6,5%).
Para 2022, el ejecutivo prevé 7% de crecimiento. Esta hipótesis es optimista teniendo en cuenta las previsiones publicadas por los organismos internacionales, como el FMI, que estiman una evolución del 5,8%.
Debido al Pacto de estabilidad, la deuda pública de los Estados miembros debe permanecer, en teoría, inferior o igual al 60% del PIB, aunque es posible realizar ajustes puntuales. El déficit público no debe superar, de su lado, el 3% del PIB.
Junto a países como Francia o Italia, España aboga desde hace meses por una revisión de estas reglas, con el objetivo de que el presupuesto europeo tome mejor en cuenta las circunstancias específicas de cada país.
Pero esta voluntad choca con las reticencias de varios Estados miembros, como Alemania, que alertó en las últimas semanas frente a las consecuencias de una falta de disciplina presupuestaria.
N.Tornincasa--IM