El campeón olímpico Niskanen esperó al último, el colombiano Quintana, para felicitarlo
El finlandés Iivo Niskanen, ya con la medalla de oro asegurada tras su triunfo este viernes en los 15 km de esquí de fondo, esperó al último clasificado, el colombiano Carlos Quintana, para felicitarlo en la meta.
"Le he dicho 'muy bien'", explicó Niskanen en rueda de prensa.
"Todos los deportistas deben respetarse entre ellos, todo el mundo ha trabajado mucho para estar aquí", señaló el nuevo campeón olímpico.
Tras partir en antepenúltima posición de esta carrera disputada contrarreloj, Quintana fue adelantado por los dos participantes que partieron detrás de él y se clasificó 95º y último a 17 minutos y 47 segundos del vencedor.
Aunque el colombiano no sería el último clasificado, ya que el turco Yusuf Emre Firat y el nigeriano Samuel Uduigowme Ikpefan abandonaron, además de dos participantes que no tomaron la salida, el checo Jan Pechousek y el bielorruso Aliaksandr Voranau.
Quintana, que cumplirá 37 años la semana que viene, comenzó a practicar esquí de fondo hace menos de cuatro años, cuando vio a su compatriota Sebastián Uprimny participar en los Juegos de Pyeongchang-2018.
"Hay que mostrar este tipo de respeto en los Juegos Olímpicos hacia países que no tienen mucho presupuesto para obtener los mejores resultados, al contrario que las mejores naciones", dijo el finlandés.
- Premio de consolación -
El colombiano agradeció el detalle. "Sí. Fue un buen momento ahí. Y después también me felicitó el noruego (Johannes Hoesflot Klaebo, tercer clasificado)", explicó Quintana a la AFP.
"Es un premio de consolación porque no me sentí nada cómodo. Desde la salida no me sentía bien físicamente. No sé qué pasó, pero físicamente no me encontré hoy", resumió el deportista colombiano.
Quintana había competido en patinaje sobre ruedas y triatlón, antes de lanzarse en esta aventura olímpica de los Juegos de Invierno.
Aunque nunca había hecho nieve, llamó a Uprimny y éste lo animó.
Y como si la suerte se cruzara en su camino, una tía suya vivía en Seo de Urgell, una población catalana muy cercana a Andorra y a los Pirineos.
Con recursos propios, colectas y ayuda de su tía fue avanzando en su sueño.
Los tres primeros años no contó con ayudas, pero sí el cuarto, cuando el comité olímpico colombiano le apoyó en su sueño en viajes por distintas partes del mundo buscando puntos y el billete a los Juegos.
"Después de los Juegos quiero hacer un equipo de niños, como un semillero para que no quede acá este deporte en Colombia", explicó Quintana a la AFP antes de su participación en Pekín.
F.Laguardia--IM