La guerra en Gaza sofoca a los artistas palestinos en Israel y Jerusalén Este
El comediante Ayman Nahas dice que ha mantenido un "perfil bajo" desde el 7 de octubre, temeroso de las represalias contra los artistas árabes en Israel en medio de la guerra en la Franja de Gaza.
Nahas es uno de los numerosos artistas árabes en Israel o Jerusalén Este que dicen enfrentar creciente hostilidad y acoso, y temen que los detengan o les corten el financiamiento.
"Nunca sabes cuál es tu lugar y ese no es el clima adecuado para actuar", comentó Nahas, quien también es director artístico del teatro de lengua árabe Sard, en la ciudad de Haifa, en el norte de Israel.
Su teatro depende de subsidios gubernamentales, "al igual que 99% de los espacios culturales" en Israel, afirma.
Pero teme que le corten los fondos, como ocurrió en 2015 con Al Midan, otro teatro en la ciudad árabe-judía de Haifa, luego de montar una obra inspirada en un prisionero encarcelado por Israel por un ataque contra soldados.
Un actor de 25 años quien pidió usar el seudónimo de Elías para evitar represalias, contó a la AFP que durante un tiempo cambió su sombrero de actor por el de un instructor de natación de Tel Aviv, para evitar otro papel de "chico malo" o de "árabe gay rechazado por su familia".
Elías acaba de conseguir un papel en una obra de teatro en Berlín. "Tengo que exiliarme para poder practicar mi arte", se lamenta.
"Ya no uso mi brazalete de 'Palestina Libre' y cuido lo que subo en redes sociales. Tengo amigos que han sido visitados por la policía", indicó.
Otros actores árabes dicen que no consiguen empleo en Israel desde el inicio de la guerra.
- Amenazas -
La oenegé Mossawa ha documentado un aumento en las violaciones de derechos humanos contra la minoría árabe en Israel desde octubre, incluyendo detenciones, discriminación laboral y hostigamiento en escuelas, así como limitaciones al derecho a la protesta.
La cantante Dalal Abu Amneh, quien también es neurocientífica, estuvo detenida 48 horas por una publicación en redes sociales luego del ataque de Hamás del 7 de octubre en el que dijo que "el único vencedor es Dios".
Abu Amneh afirmó que posteriormente fue hostigada en su pueblo natal de Afula, de mayoría judía en el norte de Israel. Su abogado dice que ha recibido centenares de "amenazas de muerte".
Alrededor de 20% de los 9,5 millones de habitantes de Israel son árabes y muchos se identifican como palestinos.
Dicen que suelen ser blanco de discriminación de parte de la mayoría judía y sus reclamos han crecido en los casi nueve meses de guerra entre Israel y el grupo militante Hamás en Gaza.
Los ataques del 7 de octubre en el sur de Israel dejaron 1.195 muertos, en su mayoría civiles, según un balance de AFP basado en cifras israelíes. Entre los muertos había más de 300 militares.
La represalia israelí ha matado al menos 38.584 personas en Gaza, en su mayoría mujeres, adolescentes y niños, según el Ministerio de Salud del territorio gobernado por Hamás.
- "Silencio cultural" -
Huda Imam, quien promueve sitios culturales palestinos en Jerusalén, dijo que "se ha impuesto un silencio cultural desde el 7 de octubre".
"Hubo un choque, una incapacidad de producir por miedo y respeto" a las víctimas de la guerra, agregó.
"Había una vida cultural palestina antes de la guerra, especialmente en Jerusalén Este", señaló Imam sobre ese sector que Israel tomó en 1967 y luego anexó, una medida que no ha sido reconocida por la mayor parte de la comunidad internacional.
"La gente ya no sale".
Generalmente son exiliados "quienes dan voz a Palestina", dijo Imam, citando al rapero Saint Levant quien tocó en el festival musical de Coachella en abril, y la cantante y flautista Nai Barghouti.
Algunos artistas cuestionan la relevancia actual de su trabajo.
"Enciendes el televisor y ves la guerra en vivo. La realidad es más poderosa que cualquier obra artística", sostuvo Amer Khalil, director del Al Hakawati de Jerusalén Este, también llamado Teatro Nacional Palestino.
El teatro, fundado en 1984, "ha sido cerrado más de 200 veces en 40 años" y nuevamente está en la mira de las autoridades israelíes, según Khalil.
"Dirigir un teatro siempre es difícil, pero después del 7 de octubre todo se volvió aún más complicado", declaró. Agregó que Al Hakawati prepara un montaje sobre ese día.
"Es un juego, como la censura, va y viene".
L.Amato--IM