El ucraniano Sergei Loznitsa exhibe el sinsentido de la guerra en Cannes
La guerra solo tiene una definición, "una enfermedad psiquiátrica", dice a la AFP el director ucraniano Sergei Loznitsa, que presenta su documental "The invasion" en el festival de cine de Cannes, en el sur de Francia.
Presentada fuera de concurso, la cinta es una crónica "compasiva" de la violencia en una Ucrania sumida en el conflicto desde hace más de dos años.
Esta anomalía, que reemplaza la vida cotidiana hasta confundirse con ella, la disecciona Loznitsa a través de una decena de escenas, cada una concebida como una película o un reportaje "en sí mismo".
En un supermercado, durante quince minutos, la cámara capta la conversación de dos soldados que comparan su paga, como cualquier charla entre colegas junto a la máquina de café.
En un ayuntamiento, las parejas de novios se alinean con vestidos blancos y uniformes color kaki, con la esperanza de derramar únicamente lágrimas de "alegría" y no de futura viudedad.
En Dnipro, una gran ciudad del centro-este de Ucrania, un trozo de dormitorio cuelga en el vacío, donde un misil ruso había matado a 39 personas unas horas antes.
Este film de dimensión panorámica es una "oda a Ucrania", subraya el cineasta, quien explica haberlo iniciado en febrero de 2022 "por un sentimiento de deber".
Pero el cine de Loznitsa, que está lejos de ser propaganda y se distingue notablemente del resto de la producción cultural ucraniana, se niega a caer en el patriotismo ciego. Al contrario, incluso se burla de él.
El director fue expulsado de la Academia de Cine ucraniana en 2022 por haberse pronunciado contra un boicot generalizado a los cineastas rusos. En este punto, no ha cambiado de opinión.
- Tríptico -
Un episodio particularmente "doloroso" para el director muestra el proceso de destrucción de libros en ruso llevados por los habitantes de Kiev a una librería local. Montañas de obras de Dostoievski, Tolstoi pasan en primer plano por la cinta de una trituradora, antes de terminar en sacos de confeti.
"La acción de destruir es insoportable. Soy bibliófilo. Cada libro es una idea. Un libro destruido es una idea destruida", afirma Loznitsa. "Pero esto es lo que está ocurriendo", añade.
El director filmó cada episodio con un equipo reducido, repartido por todo el país con la consigna de dejar la cámara encendida hasta que pasara desapercibida, sin ninguna interacción con los personajes, dejándolos simplemente evolucionar frente al objetivo.
"No me gusta interferir con mi material, no quiero corromper nada", explica.
Loznitsa utilizó ese sistema para rodar "Maidan" en 2014, que ahora considera la primera parte de un "tríptico" sobre su país. La película no tiene voz en off, ni entrevistas, ni música.
El cineasta de 59 años, con raíces bielorrusas y residente en Europa occidental desde 2001, es un habitual en Cannes.
Su largometraje "My Joy" fue la primera película ucraniana en ser presentada en el festival francés en 2010. Le siguieron, entre otras, "Donbass" en 2018, "Babi Yar. Contexto" en 2021 y "Sobre la historia natural de la destrucción" en 2022.
C.Abatescianni--IM