La Iglesia duda qué hacer con los mosaicos de un sacerdote acusado de agresiones sexuales
La decisión de mantener expuestos en el santuario francés de Lourdes los mosaicos de un sacerdote esloveno acusado de agresiones sexuales pero "sin ponerlos en valor" muestra las dudas de la Iglesia para abordar este caso delicado.
El obispo de Tarbes y Lourdes, en el suroeste de Francia, Jean-Marc Micas, anunció el martes que los mosaicos de Marko Rupnik en el conocido santuario de Nuestra Señora de Lourdes "ya no serían puestos en valor como hasta ahora con un juego de luces" cuando es de noche.
"Mi opinión (...) es que sería preferible sacar los mosaicos", agregó el obispo, una opción que según él "encuentra oposición" y provocaría "aún más división y violencia", explicó en un comunicado.
Los mosaicos son obras de Rupnik, un teólogo y artista de renombre mundial de 69 años y que tiene más de 200 obras esparcidas por el mundo, de Lourdes a Fátima, pasando por Damasco, Washington, Madrid y el Vaticano.
El sacerdote está acusado de haber ejercido violencia psicológica y sexual sobre al menos veinte mujeres durante casi 30 años, en la mayoría de los casos dentro de una comunidad católica que dirigía en Liubliana, la capital de Eslovenia, ahora disuelta.
En Lourdes, sus grandes mosaicos son visibles en la fachada, las puertas y las rampas de acceso de la basílica.
Pero según el obispo Micas, para las víctimas son "como dos brazos de un abusador que les abrazan y despiertan en ellas un trauma absolutamente espantoso", dijo al periódico francés católico La Croix del miércoles.
En 2023 Micas puso en marcha una comisión incluyendo obispos, expertos en arte sacro, víctimas y psicólogos para reflexionar sobre el destino de los mosaicos.
- "Inmovilidad total" -
Para la abogada Laura Sgro, que representa a cinco cinco mujeres que habían exigido la retirada de las obras de Rupnik, la decisión es solo "un primer paso" pero habrá que tomar otros porque durante el día los mosaicos "serán visibles y "seguirán alimentando la consternación de los fieles y el sentimiento de dolor de las víctimas".
"Estamos en la inmovilidad total", dijo a AFP Matthieu Poupart, miembro del colectivo laico Act for our Church.
El debate es intento también dentro de la Iglesia e incluso en el Vaticano.
Según la revista jesuita estadounidense 'America', el prefecto del dicasterio de Comunicación (equivalente a un ministerio en el Vaticano), Paolo Ruffini, defendió en junio mantener los mosaicos porque "eliminar, borrar, destruir el arte nunca es una buena opción".
Su dicasterio utiliza las obras de Rupnik para ilustrar sus publicaciones en línea, como la web Vatican News.
Al contrario, el cardenal estadounidense Sean O'Malley, que preside la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, dijo que hay que tener "cuidado" con las obras para evitar "el mensaje de que la Santa Sede es inconsciente de la angustia psicológica que sufren tantas personas".
El Vaticano volvió a abrir el caso de Rupnik en 2023.
El obispo de Lourdes, que espera 3,1 millones de visitantes en 2024, dijo que tras este "primer paso" seguirá "avanzando concretamente" en los próximos meses. "Quiero a toda costa evitar desgarrar más la Iglesia", aseguró Micas al periódico.
N.Tornincasa--IM