Ucrania exhuma cuerpos para probar las "atrocidades" de la guerra
Las tumbas vacías bajo el plomizo cielo ucraniano han desvelado sus secretos a los investigadores, quienes han exhumado cuerpos como parte de sus pesquisas sobre las acusaciones de crímenes de guerra atribuidos a las tropas rusas.
Desde la retirada del ejército ruso de los alrededores de Kiev, se han recogido en esa región más de 1.000 cadáveres de civiles de calles, patios o fosas comunes, algunos con las manos atadas o con tiros en la nuca, aseguraron las autoridades el jueves.
En Borodianka, una ciudad arrasada cerca de la capital, la policía halló nueve cadáveres en fosas cavadas de forma improvisada junto a un hospital.
Todo el trabajo forma parte de la documentación de lo que el responsable militar de la región de Kiev, Oleksandr Pavliuk, califica de "atrocidades" de las tropas rusas.
"Todo se está investigando", dijo Pavliuk a la prensa. "No hay número final de civiles asesinados", agregó.
"Los expertos forenses están ahora examinando los cuerpos, pero lo que hemos visto son manos atadas a la espalda, piernas atadas y disparos en las extremidades y en la nuca", indicó.
Investigadores franceses han empezado a colaborar en esta tarea en la cercana Bucha, ciudad convertida en emblema de las denuncias de la brutalidad de las tropas rusas en Ucrania, descrita en su conjunto como "la escena de un crimen" por parte del fiscal de la Corte Penal Internacional.
- "Nadie para enterrarlo" -
Bajo una lluvia de constantes y mortíferos bombardeos, los civiles improvisaron fosas comunes en Borodianka, una práctica que las autoridades aseguran que se repitió en otras zonas de Kiev.
"Fueron enterrados por ciudadanos locales para prevenir que los cuerpos se descompusieran, para preservarlos para que fuera posible hacer un análisis forense y establecer la causa de la muerte", dijo Irina Prianyshnykova, portavoz de la policía en la región de Kiev.
Según ella, unas 60 personas fueron halladas muertas en esa población, donde una serie de altos bloques de viviendas presentan fachadas acribilladas y ennegrecidas, con algunos directamente colapsados.
Una de las fosas improvisadas se encontraba junto a un hospital de la ciudad. En el lugar de la exhumación queda una cruz metálica negra y lo que parece una manta y un abrigo.
Los responsables del hospital no podían ofrecer información sobre qué había ocurrido porque huyeron de la violencia que llegó a la localidad tras la invasión del 24 de febrero.
Entre los cadáveres había una chica de 15 años y un hombre de 34 que tenían disparos en el pecho, afirmó la policía.
"Encontramos heridas de bala en muchos de los cuerpos", dijo Prianyshnykova. "Muchas de ellas eran de ametralladora", añadió.
Los operarios han limpiado las calles de escombros y trabajan para restaurar los servicios públicos. Pero todavía quedan cuerpos por descubrir.
Tetiana Slujaienko, una pensionista de 58 años, explica que el cadáver enterrado bajo una pila de arena en el patio de detrás de su casa pertenecía a un hombre muerto por disparos en las primeras semanas de la invasión.
"Estuvo allí tendido por una semana o más, en el borde de la carretera. No había nadie para enterrarlo", relata.
"Solo cuando ellos (los rusos) se fueron, la gente lo enterró aquí, porque no había otro sitio", señala Slujaienko, justo al lado de la tumba.
Una tira de plástico blanco marca el lugar del entierro. Pero no hay ningún nombre.
U.Sparacello--IM