A las puertas de la Corte Suprema, la jueza Jackson asume su papel de "modelo"
Amable pero firme, la magistrada Ketanji Brown Jackson ha afrontado esta semana el examen de su nominación a la Corte Suprema de Estados Unidos con la aguda conciencia de ser un "modelo" para los afroestadounidenses.
Esta abogada de 51 años fue elegida a finales de febrero por el presidente demócrata Joe Biden, quien había prometido durante su campaña nombrar, por primera vez en la historia, a una mujer negra en el máximo tribunal estadounidense.
"Desde entonces he recibido tantos mensajes, cartas y fotos de chiquitas de todo el país que me han expresado su entusiasmo...", contó Jackson durante una maratoniana audiencia frente a los senadores encargados de evaluar su candidatura. "Porque que yo sea una mujer, una mujer negra, significa mucho para la gente".
Sin insistir en el color de su piel, la jurista rindió homenaje a todos los que la ayudaron a llegar a esta instancia, comenzando por sus padres, quienes, "para expresar su orgullo por su legado y su esperanza en el futuro, le dieron un nombre africano, Ketanji Onyika, que significa "la encantadora".
A diferencia de ellos, que "vivieron personalmente la segregación racial" y "tuvieron que enfrentarse a muchos obstáculos", Jackson remarcó su "suerte" de haber nacido tras las grandes luchas por los derechos civiles de los años 1960, que derribaron muchas leyes racistas.
- "Todos los estadounidenses" -
Ketanji Brown Jackson pudo asistir a escuelas mixtas en Florida, donde se distinguió en concursos de elocuencia, obtuvo un diploma de la prestigiosa Universidad de Harvard y desarrolló una rica carrera, en particular como abogada y luego como jueza federal, mientras construía una familia con un cirujano blanco.
Ahora, a las puertas de la Corte Suprema -y con su confirmación casi segura- espera que su carrera aumente la "confianza" de los afroestadounidenses en el sistema judicial. "La gente entenderá que los tribunales son como ellos, que los jueces somos como ellos", dijo.
Preguntada insistentemente por el senador republicano Ted Cruz sobre ciertos pensadores y activistas negros o sobre su conocimiento de la "teoría crítica de la raza", que analiza los aspectos institucionales del racismo, Jackson mantuvo un mensaje universalista: "Es un momento del que todos los estadounidenses deberían estar orgullosos".
A siete meses de las elecciones de mitad de mandato, varios legisladores de la oposición republicana aprovecharon las audiencias para resonar con sus temas de campaña: la lucha contra la delincuencia, contra el aborto, el trato a los menores transgénero.
Sin dejar nunca de lado su tono cortés, Jackson se negó a implicarse en sus batallas ideológicas, enfatizando repetidamente su "neutralidad", su "independencia" o incluso su "imparcialidad".
- "Mi estrella" -
Pero mostró emoción, incluso cierto cansancio, ante las acusaciones de algunos senadores republicanos de que había sido indulgente como juez en casos de pornografía infantil.
"Nada más lejos de la realidad", dijo. "Todavía hoy tengo pesadillas", explicó, señalando que, como madre, los casos de delitos sexuales contra menores habían sido especialmente angustiantes.
"¿Cómo se atreven a decir que usted es negligente?", dijo luego el senador negro Cory Booker, señalando que la jueza Jackson tenía el respaldo de sindicatos policiales y exfiscales, y que varios miembros de su familia sirvieron en las fuerzas del orden.
"Usted está aquí porque se lo merece" y "¡nadie me va a quitar la alegría!", prosiguió, en una intervención que arrancó lágrimas a la magistrada.
"Usted es mucho más que su color o su sexo (...) Pero, si me disculpan, para mí es difícil mirarla y no ver a mi madre o a mis primas", confesó Booker.
"Y hoy", continuó, "usted es mi estrella, es un mensaje de esperanza: ¡este país cada vez es mejor!".
I.Barone--IM