La comunidad judía de Nueva York, fracturada ante la guerra
Los judíos de Nueva York, la mayor comunidad fuera de Israel, se fracturan políticamente frente a la guerra contra Hamás, entre el apoyo inquebrantable al aliado de Estados Unidos y el temor de que se esté cometiendo un "genocidio" contra los palestinos.
Desde hace una semana, Nueva York, donde cerca de 2 millones de sus 8,5 millones de habitantes son judíos, es escenario de manifestaciones, unas a favor de la causa palestina y otras en solidaridad con Israel tras los ataques contra su población civil por parte del grupo islamista Hamás, que gobierna Gaza.
Sin embargo, los judíos neoyorquinos han dejado de presentar un frente unido en la defensa de la política israelí.
El viernes por la noche, al llamado de la organización judía de izquierda Jewish Voice for Peace (JVP), apoyada por el partido neoyorquino Democratic Socialists of America (Socialistas Democráticos de EEUU), decenas de centenares de personas se congregaron frente al domicilio del líder de la mayoría demócrata del Senado, Chuck Schumer, en Brooklyn.
Los manifestantes pidieron al senador, de confesión judía y que tiene previsto viajar a Israel con un grupo de congresistas, que obre para conseguir "un alto el fuego inmediato" entre Israel y Hamás.
"Los judíos dicen basta al genocidio de los palestinos", rezaba una gran pancarta de los organizadores de la protesta, que acabó con la detención de decenas de personas de entre 20 y 85 años, entre ellas dos cargos electos de Nueva York, rabinos y descendientes de supervivientes del Holocausto, según JVP.
La asociación judía de izquierda exige el "fin de 75 años de ocupación militar y apartheid de Israel, con la complicidad de Estados Unidos en esta opresión sistémica".
- "Responsabilidad particular" -
Más a la derecha en el espectro político, importantes organizaciones judías que dicen representar a unos 6 millones de judíos estadounidenses -American Jewish Committee (AJC) y United Jewish Appeal (AJA)- congregaron esta semana a miles de personas en Manhattan.
"Aunque crecí en una familia no religiosa, siento una profunda conexión con el pueblo israelí y el Estado de Israel", dice Philip Wolf, un californiano de 25 años que vive en Nueva York.
"Luego de lo que ocurrió la semana pasada, esta conexión se ha reforzado", dice.
Presentes en la misma manifestación, la gobernadora del estado de Nueva York, Kathy Hochul, y el alcalde de la metrópoli, Eric Adams, denunciaron las "masacres" de Hamás y aseguraron que el "combate" de Israel contra el "mal" es también el de los neoyorquinos.
En una conferencia el viernes, la AJC, que considera el 7 de octubre como "el día más mortífero para los judíos desde el Holocausto", denunció "la salvaje masacre perpetrada por Hamás contra Israel" y celebró que "la comunidad judía (estadounidense) se haya unido en apoyo del Estado judío".
Dos días después del atentado del grupo islamista, el rabino neoyorquino Arthur Schneier, de la célebre sinagoga Park East de Manhattan, se unió a las autoridades israelíes para denunciar "la mayor amenaza existencial para Israel desde su fundación en 1948 y 50 años después de la guerra de Yom Kipur".
Para el religioso, "la comunidad judía estadounidense, la mayor del mundo, tiene una responsabilidad especial".
La rabina liberal neoyorquina Melissa Buyer-Witman está de acuerdo.
"Seguid teniendo fe en Israel, pensando en Israel, mostrando solidaridad", dijo a la AFP durante un "kaddish", la oración por los muertos en la liturgia judía, ante la sinagoga Temple Emanu-El de Manhattan, la primera congregación de la comunidad judía reformista de la ciudad.
Según Alex Kane, periodista de la revista progresista y laica Jewish Currents, algunos judíos estadounidenses, votantes de izquierda y del Partido Demócrata, se han alejado de Israel en los últimos diez años debido a las "brutales violaciones de los derechos humanos de los palestinos".
Calcula que "el 25% de los judíos estadounidenses creen que Israel es un estado de apartheid", según una encuesta nacional realizada en 2021 por el Instituto Electoral Judío a un panel de 800 votantes.
S.Rovigatti--IM