Australia vota el sobre los derechos de los aborígenes
Los australianos están llamados a votar el sábado en un referéndum histórico sobre el reconocimiento de los derechos de los aborígenes, pero los últimos sondeos apuntan a que ganará el no, tras una tensa campaña que atizó las divisiones sobre la cuestión racial.
Casi 18 millones de votantes podrán decidir sobre la propuesta, apoyada por el gobierno, de reconocer a los indígenas australianos en la Constitución, por primera vez en los 122 años de historia de la Carta Magna.
La iniciativa también crearía una "voz" indígena, un organismo representativo que podría pronunciarse sobre temas que afectan a lo aborígenes como la salud, los ingresos y la educación.
El primer ministro, Anthony Albanese (centroizquierda), afirmó que si la propuesta sale adelante se pondrá fin a "200 años de promesas rotas y traiciones, fallos e inicios en falso".
Los defensores del proyecto apuntan que las medidas contribuirían a enmendar la historia de colonización y represión racial de Australia.
Los europeos llegaron a Australia en 1606 y colonizaron un continente habitado desde hacía miles de años por los aborígenes, que fueron subyugados y, a veces, masacrados.
Hoy, los indígenas tienen los mismos derechos que el resto de ciudadanos pero siguen siendo víctimas de fuertes desigualdades.
Su esperanza de vida es ocho años menor a la del resto y, estadísticamente, sus hijos están menos formados y tienen el doble de posibilidades de morir durante la infancia.
La campaña del sí contó con el apoyo del gobierno y de muchos empresarios y famosos, como la actriz Cate Blanchett o la tenista Ashley Barty.
Durante mucho tiempo, los sondeos daban una victoria a la propuesta pero desde que la oposición conservadora, dirigida por el exministro de Defensa Peter Dutton, empezó a combatirla, las encuestas apuntan a una mayoría de noes.
Quienes critican la reforma señalan que creará divisiones dentro de la sociedad y que no servirá para mejorar la situación de las comunidades indígenas.
Al final, los debates, a menudo salpicados de argumentos racistas y en los que salió a relucir la preocupación que suscita el hecho de darle más poderes a los aborígenes, junto con una ola de desinformación en redes sociales, acabaron impulsando la campaña del "no".
Una encuesta reciente del instituto Resolve apunta a una victoria del no (56% de los votos) frente al sí (44%).
- "No lo sentimos" -
Sea cual sea el resultado, el referéndum podría tener un profundo impacto en el modo en que se definen los australianos y en el que el país está considerado en el extranjero.
"Una derrota del sí sería un revés importante para los pueblos indígenas y para la autodeterminación como derecho universal", señaló Dominic O'Sullivan, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Charles Sturt de Australia.
Esto significa que Australia "se considera un Estado colonial" y quiere seguir siéndolo, consideró, temiendo que "el racismo salga reforzado" si gana el no.
Pese a las disculpas expresadas por el gobierno en 2008 por el trato dado a los aborígenes, una victoria del no "diría muy muy firmemente y alto y claro: 'no lo sentimos'", agregó el profesor.
Pocos referendos han logrado convencer a los electores en la historia de Australia.
Solo ocho consultas de las 44 propuestas han salido adelante. Entre las que fracasaron, se incluye una de 1999 que buscaba que Australia, una monarquía parlamentaria miembro de la Commonwealth, pasase a ser una república.
F.Lecce--IM