El trabajo mortal en las minas de ArcelorMittal en Kazajistán
De pie frente a las vastas planicies azotadas por el viento de la estepa kazaja, Vladimir Khaniev recuerda estoicamente la explosión que lo dejó discapacitado.
"Escuché un estallido", dice al exminero a la AFP. "La explosión me tiró al suelo y perdí el conocimiento", explica al recordar la explosión que en noviembre pasado dejó cinco muertos en la mina de carbón donde trabajaba.
En los últimos 15 años, más de cien trabajadores han muerto en las minas de ArcelorMittal, un gigante siderúrgico occidental que ingresó al mercado kazajo tras el colapso soviético.
"Por fuera parezco una persona con buena salud, pero me duela la cabeza todo el tiempo. Me cuesta respirar, siempre estoy cansado, duermo poco", se queja Khaniev, quien trabajó 17 años en la mina Lenin, propiedad de ArcelorMittal en la localidad industrial de Shakhtinsk.
A mediados de agosto, Kazajistán lloró la pérdida de otros cinco trabajadores de la mina, lo que motivó un debate sobre la explotación laboral en un país marcado por el comunismo y el gobierno autoritario.
Khaniev quedó tendido 800 metros bajo tierra después de la explosión y ahora sufre encefalopatía tras inhalar gas metano liberado por la explosión.
"En esta compañía nos tratan como esclavos y esta es la consecuencia: mueren trabajadores y seguirán muriendo", afirma Khaniev, de 40 años, hijo y nieto de mineros.
Enfrentado a los incidentes desgarradores, el presidente Kassym-Jomart Tokáyev amenazó con prohibir a ArcelorMittal operar en el país.
Pero ello resulta difícil en un país lleno de recursos naturales donde el sector minero representa 17% del PIB.
- "Avaricia" -
"Estos accidentes mortales ocurren por la avaricia de los gerentes de la empresa", asegura Khaniev.
"No ha habido suficiente inversión en nuevo equipo y regulaciones de seguridad y hay poco personal", explica.
ArcelorMittal Temirtau, la filial kazaja de la empresa, declinó dar una entrevista, mientras las autoridades locales se negaron a hablar sobre las minas.
Aunque una investigación determinó que la empresa era "100%" responsable del accidente en la mina Lenin en noviembre de 2022, los culpables no han sido llevados a la justicia.
Uno de los cinco muertos era Denis Inkin, un perforador experimentado.
"Mi hijo fue quemado vivo. Nunca lo volví a ver, fue enterrado en un ataúd cerrado", cuenta a la AFP su madre Galina Inkina.
En la mesa de la sala de estar hay un retrato de su hijo y una vela que ella enciende cada mañana para recordarlo.
"Ellos se enriquecen y nosotros perdemos a nuestros hijos", afirma entre lágrimas.
En los últimos 10 meses, Inkina ha luchado por la condena de los responsables, de lo contrario "todo seguirá como antes".
"Siento que nuestro gobierno ha incumplido su deber de monitorear a la empresa", afirma Inkina, quien pidió a Tokáyev "mostrar preocupación por los mineros".
- "Acostumbrados a la muerte" -
Cerca de su casa en un edificio de la era soviética, un mural dice: "Los mineros son el pilar económico y político del país".
En lo que va de 2023 se han registrado casi 1.000 violaciones a las reglas de seguridad industrial en las minas de ArcelorMittal.
"Aquí estamos acostumbrados a la muerte", comentó Andrey Lukin, inspector de seguridad del sindicato minero de Korgau.
De pie en un parque donde ArcelorMittal levantó un monumento "a la gloria eterna del trabajo minero", Lukin dijo a la AFP que los mineros "no apoyan la salida de ArcelorMittal".
Cuando Kazajistán se independizó, Shakhtinsk sufrió una suerte similar a la de otras ciudades exsoviéticos, económicamente deprimidos.
La llegada del gigante siderúrgico en 1995, que pagaba salarios superiores al promedio regional de 600 dólares, saco a la zona del caos de los años 1990, cuando escaseaban el agua, la calefacción y la electricidad.
"Los mineros quieren que ArcelorMittal invierta en seguridad y reclutamiento", según Lukin, quien lamentó lo que calificó como una "falta de especialistas debido a una drástica caída en el nivel de educación".
También exigen regulaciones más estrictas.
"Si no cambiamos las leyes a favor de un mayor control gubernamental, cualquiera sea el inversor, nada va a cambiar", aseguró.
H.Giordano--IM