"Listos para huir": sur de Canadá en tensión por avance de incendios forestales
Shani and Matt Ekman abandonaron su casa del sur de Canadá por los incendios forestales y se instalaron con familiares. Su hogar sigue en pie, pero con las llamas sin dar tregua, la pareja enfrenta la incertidumbre de una nueva alerta de evacuación.
"Estamos listos para huir", dijo Matt Ekman, de 37 años a AFP en West Kelowna, en la Columbia Británica.
La pareja se mudó hace 14 meses a West Kelowna, una pequeña ciudad de poco más de 30.000 habitantes en esta región rodeada de lagos, con interminables hileras de pinos y montañas.
Por el humo, y con minúsculas cenizas cayendo sin cesar, muchas de las actividades comerciales de West Kelowna están paralizadas o reducidas.
Miles han sido evacuados y se alojan en refugios, hoteles o con amigos y familiares. Otros miles están bajo alerta de evacuación.
Algunos vecinos, la mayoría sin máscara a pesar de la pésima calidad del aire, caminan en las aceras con sus perros. Unos pocos carros circulan con las luces encendidas, y varias carreteras están cerradas.
Muchos carros están estacionados en las entradas de las casas, la mayoría de madera, y con ventanas y puertas cerradas. El silencio en las calles es de vez en cuando interrumpido por algún pájaro.
La visibilidad es casi nula a pocos metros de distancia, y fueron emitidas instrucciones para no consumir el agua potable, ni siquiera hervida.
"Es aterrador", dijo Shani Ekman refiriéndose al olor a quemado que se filtra por doquier y el humo que nubla el cielo de este tradicional paraíso turístico desde hace días.
"La noche del viernes no sabíamos si tendríamos noticias el sábado, pero tuvimos: nuestra casa sigue de pie".
La pareja, que empacó pasaportes, fotos, dos mudas de ropa y a sus mascotas, se siente optimista con la mejora del clima. "Pero cualquier cosa puede pasar", dijo Shani, quien además trajo consigo su vestido de novia.
- "El más voraz que he visto" -
Greg Heck, con tres décadas en la zona, no es ajeno a los incendios.
"Pero éste es el más voraz que he visto. Verlo volar por encima del lago es algo que nunca había pasado antes", dijo señalando al lago Shannon, una reserva en el medio de West Kelowna donde varios helicópteros cargan agua para combatir el infierno.
"Éste es más voraz por causa del viento".
Empleado retirado del servicio de emergencias, Heck limpiaba este domingo su carro, cubierto en cenizas.
Junto a su esposa, empacó ropa para una semana, medicinas y artículos de higiene. "Estamos preparados, pero esperemos que no llegue a eso".
Aunque el fuego no es visible desde West Kelowna, el tema centraliza conversaciones en los pocos bares abiertos, y hoteles, donde muchos evacuados se alojan.
Algunos comercios de la ciudad colocaron avisos para agradecer a los bomberos por su trabajo, en tanto que una de las iglesias orientó a buscar consuelo en el evangelio.
A pesar de la dramática amenaza de las llamas, hay confianza en que habrá tiempo para evacuar "sin pánico".
"A cada hora voy y me aseguro que seguimos bajo alerta y reviso las redes sociales para ver si la familia y los amigos están seguros", dijo Tina Gilmore mientras caminaba a su perro Turkish.
- "Volver a casa" -
Las autoridades abrieron un centro de registro en la arena Jim Lind, en el cual las personas que fueron evacuadas y no tienen a dónde ir pueden registrarse para solicitar apoyo.
Voluntarios y organizaciones locales sin fines de lucro se instalaron afuera del complejo para regalar agua, comida y artículos de higiene.
"Recibimos personas que podrían volver a sus casas en las próximas 24 horas y personas que no saben si tienen casas a las que volver", dijo Trevor Freeman, director de operaciones del Banco Comunitario de Alimentos de Okanagan Central.
"Creo que lo primordial para muchos es recibir una palabra amable y una botella de agua mientras piensan en el próximo paso".
"Estoy feliz de ver algo así y que la gente permanece unida. Es la noción de un país", dijo luego de recoger agua y alimentos, Dawson Robertson quien fue desalojado con su familia el viernes.
Robertson, sin embargo, lamentó no haber conseguido un lugar para alojarse aún, por lo que ha dormido las últimas dos noches en su carro junto con su novia.
En situación similar, Shay Nicole y Paryss Fiddler decidieron acampar con su familia en el estacionamiento de la arena Jim Lind porque no encontraron un lugar donde quedarse con sus mascotas.
La incertidumbre, dicen, es peor que las noches frías y la falta de un baño.
"No sabemos cuánto tiempo tendremos que quedarnos aquí", lamentó Nicole, de 33 años. "No sé ni que está pasando con mi casa, ni si podré volver pronto a casa".
E.Colombo--IM