El papa cierra la JMJ de Lisboa con una misa multitudinaria
Ante una marea de 1,5 millones de peregrinos, el papa Francisco preside el domingo la misa final de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa, en el último día de su visita a Portugal para esta edición de la mayor reunión internacional de católicos.
La cantidad de personas presentes el domingo en la inmensa explanada junto al Tajo fue comunicada por el Vaticano, citando una estimación de las autoridades portuguesas.
Tras dormir al raso en una cálida noche de verano, los jóvenes peregrinos se despertaron al ritmo de la música que pinchaba un cura-DJ portugués, desde un gigante escenario que recuerda al de un macrofestival, mientras amanecía una jornada que podría llegar a alcanzar los 40 grados.
La misa de clausura, difundida por varias pantallas gigantes para que todos alcancen a verla, arrancó después ante 10.000 sacerdotes, 700 obispos y 30 cardenales, en el colosal altar que domina este recinto instalado en un antiguo vertedero en las afueras de Lisboa.
Los organizadores habían proyectado inicialmente que la vigilia y la misa del domingo podrían reunir un millón de personas, como punto álgido de la semana de encuentros culturales y espirituales que integraron esta edición de la JMJ, aplazada un año a causa de la pandemia.
En un ambiente festivo, centenares de miles de peregrinos fueron concentrándose la víspera en esta amplia superficie llena ahora de tiendas de campaña, banderas de numerosos países e instalaciones temporales.
- "Levantarse" -
En el último día de su visita a Portugal, el papa se dio un nuevo baño de multitudes en "papamóvil" a su llegada al parque situado a las puertas de Lisboa. Después de la misa, tiene previsto un encuentro con los 24.000 voluntarios que participaron en la organización del evento, antes de tomar el avión de regreso alrededor de las 17H00 GMT.
En su animado discurso durante la vigilia del sábado, donde interactuó en varias ocasiones con la audiencia, Francisco hizo referencias al fútbol, a los exámenes o a las crisis vitales.
"¿Ustedes creen que una persona que cae en la vida, que tiene un fracaso, que incluso comete errores pesados, fuertes, ya está terminada? No", lanzó a los peregrinos, subrayando que tras cualquier tropiezo deben "levantarse".
Los encuentros masivos con el pontífice, con una cargada agenda durante sus cinco días en Portugal, eran los actos más esperados por los fieles.
"Es extraordinario poder estar aquí para ver a nuestro papa Francisco, que consigue unir a personas de todo el mundo", celebró Pimentel Gomes, un sacerdote brasileño de 52 años.
"Estas jornadas son una forma muy linda de sentirse empoderado por toda la comunidad", indicó Maricruz Linares, una diseñadora digital de 25 años llegada desde Costa Rica. "Es impresionante de encontrar tanta gente que piensa como uno", agregó.
- Discursos improvisados -
En la mañana del sábado, el pontífice argentino había sido recibido por unos 200.000 fieles en el santuario de Fátima, unos 130 km al norte de Lisboa, donde rezó el rosario con jóvenes enfermos, discapacitados y seis prisioneros.
Al contrario de lo que estaba previsto, el papa improvisó casi toda su intervención y no hizo las referencias proyectadas a la paz y la guerra en Ucrania, a la que ya se había referido el miércoles.
Francisco -quien se desplaza en silla de ruedas o apoyado en un bastón por una salud cada vez más frágil- ya había variado el guión de uno de sus discursos el viernes, tras explicar espontáneamente que no le funcionaban "los reflectores" y no conseguía leer bien.
El portavoz del Vaticano indicó a la AFP que el cambio del viernes se había debido efectivamente a "un reflejo provocado por la iluminación", mientras que el de este sábado había sido "una elección" del pontífice.
Describiendo al papa como "cansado" al comienzo de su visita, debido a su intenso programa de actividades, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, explicó en la televisión pública RTP que el pontífice "acabó en gran forma estos últimos dos días".
"A medida que el día avanzaba iba entrando en una alegría, estaba relajado... Dejaba de lado los papeles, decía lo que llevaba en el corazón", declaró el jefe del Estado, un político conservador y ferviente católico.
Desde el comienzo de su visita, la más larga de un papa a Portugal, Jorge Bergoglio ya abordó numerosos temas, como la ecología, las redes sociales, la guerra en Ucrania o la pederastia en la Iglesia.
U.Sparacello--IM