El papa hace una visita relámpago a Fátima durante la JMJ de Lisboa
El papa Francisco hará una rápida visita el sábado por la mañana al santuario de Fátima, en el centro de Portugal, antes de regresar a Lisboa para una vigilia que precederá a la misa final de esta edición de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
El pontífice, que viajará en helicóptero, debe aterrizar en Fátima alrededor de las 08H00 GMT y pasará allí dos horas en las que rezará el rosario con jóvenes enfermos y discapacitados, y pronunciará un discurso.
Al ritmo de los tambores, cantando y agitando las banderas de sus países, centenares de peregrinos se reunían desde el viernes por la tarde en la gran explanada que rodea a la pequeña capilla que destaca el lugar donde, según la tradición católica, la Virgen María se apareció a tres niños en 1917.
Fátima, situado 130 kilómetros al norte de la capital, "forma parte para mí de los santuarios marianos a los que hay que ir al menos una vez en la vida y ya que ahora es la JMJ, aprovechamos", explicó Anne-Béatrice Casse, una francesa de 18 años, que llevaba una gorra en la que se podía leer en inglés "Amo a Jesús".
"Estoy encantado de estar aquí y tenemos muchísimas ganas de ver al papa", indicó de su lado David Keating, un peregrino británico de 41 años.
La Virgen María se habría aparecido a tres pequeños pastores en seis ocasiones en 1917. En estas "apariciones", la Virgen les habría confiado tres secretos, incluyendo una visión considerada profética del atentado perpetrado contra el papa Juan Pablo II más de 60 años después.
Las autoridades portuguesas, que esperan una importante afluencia también por la llegada de mucha gente del norte del país, reforzaron las medidas de seguridad desde el viernes.
- Encuentros masivos -
"Ver a todos esos jóvenes es maravilloso. El papa mueve masas", celebró Susana Marino, una psicóloga de 48 años de Porto (norte).
Unos 500.000 peregrinos acudieron a Fátima el 13 de mayo de 2017, cunado el papa canonizó a dos de los pastores en el centenario de su primera visión.
Además de los peregrinos, numerosos voluntarios de todo el mundo se movilizaron para acoger a los fieles, como Gloria Ntakirutinka, de 26 años, llegada desde Ruanda.
"Quería servir, ser útil para Dios y mi comunidad cristiana", explicó la joven feliz por constatar que en esta ocasión "la fe es universal y sin color".
El papa Francisco, de 86 años, llegó a Portugal el miércoles para encontrarse con jóvenes católicos de todo el mundo, reunidos en Lisboa para una semana de encuentros festivos, culturales y espirituales.
Desde el comienzo de su visita, la más larga de un pontífice al país, Jorge Bergoglio abordó cuestiones como la ecología, la guerra en Ucrania o el dolor de las víctimas de abusos sexuales a menores por parte de miembros de la Iglesia.
Una colorida marea de peregrinos inundó las calles de Lisboa estos días, especialmente numerosa en los actos celebrados el jueves y el viernes en un céntrico parque con vistas al río Tajo, donde llegaron a concentrarse 800.000 personas el viernes, según las autoridades.
La cifra podría alcanzar el millón durante la vigilia que se celebrará el sábado por la noche a las puertas de Lisboa, en un gran parque habilitado para la cita en el terreno de un antiguo vertedero situado a orillas del estuario del Tajo.
Con seis millones de visitantes esperados este año, Fátima figura entre los santuarios marianos más visitados del mundo, como el de Guadalupe, en México, el de Aparecida, en Brasil, o el de Lourdes, en Francia.
Ya sin las restricciones que trajo la pandemia del covid-19, el santuario portugués recuperó este año los niveles de afluencia de antes de la crisis sanitaria, con más de 200.000 personas presentes para la gran peregrinación anual del último 13 de mayo.
L.Marino--IM